lunes, 5 de abril de 2010

Sentido Común...

Creo que ya muchos me habrán escuchado decir esta frase más de una vez: El sentido común es el menos común de los sentidos… He de decir que la experiencia en esta vida de altibajos me hace estar cada vez más convencida que esta frase es tan real y tan verídica que se va confirmando y reafirmando cada vez que escucho las vivencias y realidades de la gente que nos rodea. Lo más triste de todo, es que he llegado a verificarlo con mi propia existencia porque, al fin y al cabo, no soy más que otro ser humano con sus fallas, sus más y sus menos.

El sentido común no sé de dónde salió ni quien se inventó que tal concepto existía; pero de que existe algo que se llama lógica de proceder, la hay. Son esas ideas de cómo actuar o qué hacer ante ciertos acontecimientos que simplemente sabemos, por lógica, cómo afrontar. Nadie nos lo ha enseñado, no necesitamos experiencia en el caso, simplemente sabemos cuál es el “deber ser”. Probablemente tenga que ver con temas de convivencia, moral, y por qué no, justicia. Hemos sido programados de esta manera y así está en nuestra mente.

Entonces, ¿por qué %&$#/%$## nos vemos envueltos en una realidad donde el sentido común es el menos común de los sentidos? ¿Por qué nos empeñamos en “salirnos del patrón”? ¿Será que a alguien le ha resultado ese camino alterno para lograr sus objetivos? Sinceramente, lo dudo…

Lo dudo porque lo he visto… porque lo he oído… porque lo he vivido. Lo dudo porque muy rara vez actuando por fuera de las “leyes” de la convivencia, moral y justicia podemos lograr algo de lo que nos sintamos orgullosos. Lo dudo porque siempre alguien sale lastimado…

Sin embargo, en el nombre del amor, la “tranquilidad”, la cotidianidad, la costumbre y el miedo al cambio nos hace caer una y otra vez fuera de la lógica y el sentido común. Es más cómodo, se los aseguro, mantener las cosas como están, no movernos ni un ápice y simplemente dejarnos llevar. Porque enfrentar una realidad diferente a la de nuestra mente, hacer cambios profundos en nuestra vida o simplemente abrir los ojos ante lo que tenemos enfrente, da miedo. ¡Oh, sí! ¡Miedo, pánico, temor! Pero, ¿adivinen qué? Si no abrimos los ojos, tarde o temprano la realidad vendrá con toda su crudeza a abrírnoslos…

Ruego a Dios que el día que eso pase nos agarre “confesados” y el golpe al caer a la tierra no sea tan duro. Porque nos daremos cuenta que hemos desperdiciado horas, días, meses o años de una vida que realmente termina siendo muy corta. No quiero levantarme mañana para darme cuenta que viví una mentira y que por no ponerle un poco de sensatez y lógica a mis actos (y entender a los que actúan a mi alrededor) perdí las mejores oportunidades de mi vida!

A todos les deseo un feliz despertar, una revisada profunda a su vida y una invitación a ponerle más sentido común a lo que hacemos. No dejemos que la insensatez de otros nos arruine el camino y, sobretodo, caminar por la vida con los ojos vendados como queriendo hacer caso omiso a las señales que la vida nos va dando…

Suerte! :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario